De visita a las bodegas Félix Lorenzo Cachazo

Famila Lorenzo Cachazo

Nos desplazamos a Valladolid a visitar una bodega que lleva más de 60 años de tradición en la elaboración de vino de Rueda

Los orígenes de la historia de Bodegas Félix Lorenzo Cachazo se remontan a donde alcanza la memoria. Al igual que la profundidad al paisaje castellano, la vinculación de sus antepasados con la elaboración de vino han permanecido unidos con el paso de generaciones.

Poco queda ya de aquellos antiguos vinos “amontillados” del pasado, vinos duros y especiales, pero sin olvidar que son la semilla de los modernos y exitosos verdejos de la actualidad. Félix Lorenzo Cachazo es uno de los “inventores” de ese cambio que supuso la salvación de una uva que estaba condenada a desaparecer.

El inicio del cambio viene a raíz de la creación de la D.O. Rueda hace treinta años y el espaldarazo a una uva desconocida en aquella época, el verdejo, uva autóctona de la zona que se llevaba elaborando durante siglos y que tan bien se aclimataba a las inclemencias del tiempo en el corazón de la meseta castellana. Félix Lorenzo Cachazo fue uno de esos visionarios que apostó por esta variedad en una época en que el consumo de vino blanco en España era prácticamente residual.

A partir de esa fundación se inicia el trabajo duro de intentar vender el producto con todas las condiciones adversas. A fuerza de trabajo y tesón se consiguió (no sin ciertas decepciones) llegar al gran público y que actualmente Rueda sea “el blanco de moda” entre los paladares de los consumidores de toda España.

Felix Lorenzo Cachazo

Con el paso de los años se necesitaba una evolución tecnológica; de las centenarias bodegas subterráneas se ha pasado a una moderna bodega en superficie dotada de las más modernas tecnologías y con capacidad para la elaboración de más de 1.400.000 litros de vinos de calidad, todo ello sin perder la filosofía de una de las pocas bodegas de aquellas fundadoras que sigue siendo íntegramente empresa familiar.

Otro gran paso fue la incorporación a la empresa de la siguiente generación. Los hijos de Félix y Rita aportaron savia nueva a la gestión de la empresa. Ángela Lorenzo se decantó por la parte técnica, siendo actualmente la enóloga de la empresa, así como Eduardo Lorenzo se orientó hacia la parte comercial, principalmente el departamento de exportación.

Es precisamente la exportación uno de los ejes fundamentales sobre los que se ha apoyado el crecimiento de las ventas. Bodegas Félix Lorenzo Cachazo exporta más del 65% de la producción fuera de nuestras fronteras, siendo líder en ventas de la D.O. Rueda en Alemania. A parte de este mercado, la Bodega está presente en más de 20 países de 4 continentes distintos, destacando su posición en mercados tan exigentes como Rusia, China, Japón o EEUU.

Entre las nuevas metas de la Bodega se encuentran la consolidación de todos estos mercados y la apertura de nuevos, sin olvidar el mercado nacional. Para ello se ha realizado una nueva ampliación en las instalaciones de la Bodega, un nuevo edificio ajeno a los ya construidos que aumente la capacidad de elaboración en 200.000 litros, tan necesario para atender las necesidades del crecimiento de las ventas. En esta nueva zona se ha construido una zona social así como una nueva cava para dormitorio de las botellas de Espumoso. Esta fase de ampliación es la cuarta en los últimos veinte años, un continuo crecimiento, pero de forma paulatina y controlada, sin olvidar las raíces que son las de una empresa familiar cuyo crecimiento ha sido forjado a base de esfuerzo y pies de plomo.

Las principales marcas son Carrasviñas, Gran Cardiel y Mania. Carrasviñas es el buque insignia de la Bodega, una marca con más de 60 años en el mercado y en cuya elaboración se utilizan una parte de uvas de viñedos pre-filoxéricos, viñedos con más de 140 años de edad, posiblemente de los viñedos más antiguos de Europa. Carrasviñas es una referencia entre los vinos blancos españoles por su reconocida calidad y regularidad añada tras añada.

Dos generaciones

La entrada de la nueva generación se culminó con el proyecto “Mania”, un monovarietal verdejo que se elabora a partir de una finca especial conocida como “El Cerrellal”, viñedo que por su altitud (809 metros) y por su terreno pedregoso proporciona vinos más largos y untuosos en boca. La producción de este vino se limita a lo que se obtenga de la citada parcela.

Como vinos especiales cabe destacar el “Carrasviñas” Espumoso Brut, fruto de la colaboración del prestigioso enólogo Joan Milá con la familia. Se trata de un vino espumoso elaborado mediante el método tradicional y una producción de tan solo 12.000 botellas año; las buenas críticas que ha recibido ha generado que este producto se comercialice bajo cupo.

En definitiva, Bodegas Félix Lorenzo Cachazo es la conjunción de tradición, experiencia, dedicación, esfuerzo, pasión por la tierra y valores familiares.





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