Región de Murcia Gastronómica vuelve a demostrar su papel como referente en el sector, con aforos completos tanto en interior como en exterior en cada una de las jornadas y unas ponencias que transmitieron al público la fusión perfecta entre ‘Tradición & Vanguardia’
Región de Murcia Gastronómica cierra las puertas de su duodécima edición. Han sido cuatro jornadas situando a la ciudad de Murcia como epicentro del arte culinario, atrayendo a personas de dentro y fuera de la Región, y poniendo en valor la tradición del recetario local y su capacidad para abrirse a la vanguardia y a la cocina de autor.
Bares, bodegas y restaurantes han respaldado, más que nunca, esta nueva edición del evento gastronómico de referencia, multiplicando su presencia y mostrando la variedad culinaria de la Región de Murcia en los diferentes estands, renovados y modernizados para crear una estética actualizada de este evento. No faltaron clásicos como marineras, caldero, paparajotes o el café asiático, así como elaboraciones con fusión de cocina asiática y mexicana, o con texturas y matices que sorprendieron a toda aquella persona que visitó la feria para descubrir el talento de los chefs de la zona. Todo esto complementado por las Experiencias Riscales, en la planta -1 del evento, que ha servido para concentrar el producto internacional gourmet durante estos días.
La terraza, ampliada en esta edición con más de 1.000 metros, fue el lugar elegido por los comensales para disfrutar de la música DJ y demostrar que Región de Murcia Gastronómica no solo es comida, sino también ocio, y que se complementó con la discoteca. El espacio al aire libre, que disfrutó estos cuatro días del clima mediterráneo del que tanto presume esta zona, también se llenó de expositores y ‘food truck’, como una de las grandes novedades, abriendo el espacio a nuevas experiencias y conceptos.
Pero si hay algo que ha engrandecido esta duodécima edición, han sido las ponencias ‘a dos’, demostrando que la calidad culinaria de los chefs de la Región de Murcia iguala a la humana, con una sinergia profesional que quedó patente en los fogones. Los aforos llenos demostraron el carácter atrayente de estas convocatorias, con degustaciones de sus elaboraciones que hicieron disfrutar al público de la fusión perfecta entre ‘Tradición & Vanguardia’; porque en estos encuentros entre compañeros, se ponía en valor la receta tradicional, dando paso a otras interpretaciones que partían de la misma base, con el ingrediente extra de la creatividad. Unas citas que también permitieron acercarse al conocimiento de grandes chefs nacionales que ya han saboreado las mieles de la distinción Estrella Michelin y cuyo concepto del sector gastronómico recoge innovación, ingenio y respeto a la materia prima.
Los talleres han sido el aliciente para conocer más sobre esta profesión, acercándose a los vinos de Jumilla, Yecla y Bullas con las diferentes catas, aprendiendo a hacer cócteles con Swcheppes o adentrándose en el mundo el sushi, entre otras propuestas. Los más pequeños han vuelto a tener su propio espacio para meter las manos en la masa, con un minigourmet que, una vez más, demuestra que en la Región de Murcia hay cantera.
"Estamos orgullosos de la acogida de esta duodécima edición, que ha demostrando que Región de Murcia Gastronómica se percibe como el evento más destacado de la gastronomía regional, lo que hace que cada vez más personas quieran descubrirla y saborearla. No solo ha sido un evento en el que acercarse al recetario local, sino también donde divertirse, compartir tiempo en buena compañía y disfrutar de un ocio que gira en torno al paladar", destaca el director del evento, Sergio Gallego.
Región de Murcia Gastronómica es un evento organizado por LA VERDAD con el patrocinio de la Región de Murcia bajo la marca ‘1001 Sabores’, el Ayuntamiento de Murcia, Cafés Salzillo, Estrella de Levante, ElPozo Alimentación y Swcheppes, con la colaboración de Grupo Marmo, Riscales Alimentación, DO Jumilla y la Generalitat Valenciana, con Panasa, Makro y La Finca Jiménez Barbero como proveedores oficiales.
Un día para los profesionales de la hostelería
Aprovechando el día de descanso hostelero, Región de Murcia Gastronómica ha acogido esta mañana a los profesionales del sector para conocer en primera persona la propuesta gastronómica de este evento, así como diferentes escuelas de hostelería de la Región, que han tomado nota del ‘know-how’ que se ha transmitido en las últimas ponencias de esta duodécima edición.
La primera ha sido la de Miguel Barrera (Cal Paradis. Castellón, 1*), que demostró las posibilidades de la casquería, un producto humilde que se ha convertido en materia de alta cocina; le siguió Víctor Rodrigo y Aroa López de Samsha, haciendo un viaje por los colores y poniendo en valor la “experiencia inmersiva” que proponen en su restaurante, con platos, cubertería y vajilla bajo un mismo concepto cromático, mientras en paredes y la propia mesa se proyectan juegos de luces y formas.
La unión de María José Martínez (Lienzo) y Julio Velandrino (Bar Ramón) ayudó a recorrer los tres mil años de un producto tan apreciado en la zona como es el Mújol, mostrando sus opciones en la cocina más allá del caldero, que plasmaron en un crujiente con los ojos del mújol, donde se encuentra “el famoso ácido hialurónico que tanto dinero vale”, y un tartar con el lomo.
Las ponencias las cerró Kiko Moya (L'Escaleta, Alicante, 2* y 3 Soles Repsol), atreviéndose con un producto tabú: la sangre. Conectó así con la tendencia contemporánea e la restauración, creando un embutido o un trigo picado.
La jornada también ha servido para reconocer la labor de los voluntarios, procedentes del Centro de Cualificación Turística, que durante estos días han asegurado que todo salga a la perfección en este evento gastronómico. Por eso, en agradecimiento a su profesionalidad, esfuerzo y pasión por el sector, han recibido un obsequio esta mañana de la DOP Jumilla y José Díaz.
Tras esto, Región de Murcia Gastronómica pone rumo a su decimotercera edición, el evento perfecto que pone a la gastronomía en el centro para reunirse, celebrar, aprender y conectar con las raíces culinarias del territorio.
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