Lamprea, el vampiro del mar.





Fotografías y receta por David López
Texto por Joaquín Reyes


Elaborada en la Antigua Roma, comida en la Edad Media, vianda de Reyes durante siglos,

la lamprea es un manjar gastronómico al que debemos perderle el miedo y dejarnos deleitar por su sabrosa “carne”.

Si eres un poco miedoso no podrás mirar durante mucho tiempo la boca de la lamprea. Le llaman el vampiro del mar, y con razón, pero en esta era Netflix, bien podría recibir el nombre de “Demogorgon del mar”.

No queremos asustar, así que vamos a destacar las cualidades de este agnato (pez sin mandíbulas), con una boca circular a modo de ventosa, repleta de dientes distribuidos en varios círculos concéntricos, y una lengua córnea que le sirven para raspar la piel y succionar la sangre de sus víctimas a modo de émbolo; sangre de la que se alimenta y la misma sangre con la que la cocinaremos después.

Se trata de un plato con muchos siglos de historia usado por los romanos, los cuales las capturaba del Río Miño. En la Edad Media se popularizó su consumo, ya que se podía comer en vigilia porque tenía la ventaja no ser carne y al mismo tiempo tener la textura parecida a la de la carne. Se ha considerado un plato muy apreciado por la nobleza, ya que ha sido comido por reyes durante siglos.

A nivel gastronómico es muy apreciada en Galicia, donde entre otras elaboraciones la cocinan guisada en su propia sangre llamada “Lamprea a la bordelesa”, como la que realiza David López en su restaurante Local de Ensayo.

Publicamos su receta a continuación en las siguientes páginas de la revista. No le tengáis miedo a las lampreas y dejaros deleitar por su espectacular textura y sabor.




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