Roscón de Reyes



El último coletazo de la fiestas navideñas, como no puede ser de otra forma, se celebra comiendo. 
Es típico la noche del 5 al 6 de diciembre celebrar la llegada de los Reyes Magos comiendo el famoso Roscón de Reyes. Se trata de una masa dulce parecida a la del bizcocho que se corona con azúcar y frutas confitadas. En su interior encontraremos pequeños objetos y un haba. El que encuentre el haba paga el roscón, aunque no siempre fue así. Cuenta la tradición que la llegada de un nuevo año, que para los romanos era en marzo, organizaban numerosas fiestas populares y banquetes las altas clases sociales en honor a sus dioses Jano y Saturno. Para estas fiestas, los romanos elegían un rey entre sus esclavos. Lo que hacían era ocultar un haba seca en alguno de los roscones. La persona que encontraba el haba, la coronaban y era el rey por un día, ejerciendo el derecho que le otorgaba su poder. De aquí nació la costumbre de poner un haba en los roscones. Tras el paso al cristianismo, actualmente, el haba se sustituye en algunos casos por pequeños objetos de valor simbólico. Quien sea el afortunado que le toque el objeto, tiene asegurada ya su suerte para todo el año. En cambio, a quien le toque el haba es quien paga el roscón.



INGREDIENTES:
250 g de harina
140 ml de leche
50 g de mantequilla
25 g de azúcar glace
40 ml de agua de azahar
6 g de levadura
2 ud. de huevos
Frutas confitadas
C/s de almendras fileteadas


ELABORACIÓN:
Hacer una masa con 125 g de harina, levadura y 50 ml de leche. Dejar reposar hasta que duplique su volumen.
Preparar otra masa con el azúcar, la harina restante, la mantequilla, los huevos, la sal, la leche y el agua de azahar. Unir las masas, tapar y dejar reposar hasta que dupliquen su volumen. Hacer el roscón y ponerlo en una placa engrasada. Tapar y dejar 30 minutos en un sitio cálido. Pincelar con huevo. Repartir los frutos confitados y las almendras fileteadas. Espolvorear con azúcar y hornear de 20 a 30 minutos a 190º C.

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