Los Huesos de Santo son un dulce que se viene fabricando desde hace siglos el día de Todos los Santos.
Su fama está extendida por toda
la geografía española. Seguramente se creó porque alrededor de noviembre
es cuando se ha acabado de recolectar la almendra de los campos.
A algún anónimo inventor se le ocurrió moldear huesos de mazapán con el fin de hacer la competencia a los buñuelos
en el día de difuntos, extendiendo así el consumo de este producto
durante el ciclo de celebraciones que anticipa el cambio a la estación
invernal.
Hay pocos inventos de cocina
cuyo origen e historia estén sujetos a una controversia más intensa que
la del mazapán. Para unos, se trata de un pan de marzo y, según otros,
es pan de maza, en alusión al paciente trabajo de molienda que requiere
su elaboración. En cualquier caso, la etimología más probable viene del
árabe manthaban.
Manthaban se podría
traducir por 'rey sentado'. Según parece, los primitivos mazapanes de la
Hispania musulmana solían llevar grabada la figura de un califa
sedente. No cabe duda de que este alimento es un producto mediterráneo, y
bastante más antiguo de lo que algunos suponen.
Ingredientes
Para el Mazapán:
- 500 g de azúcar.
- 500 g de almendra cruda molida.
- 250 g de patatas.
- 2 huevos.
- 500 g de almendra cruda molida.
- 250 g de patatas.
- 2 huevos.
Para el relleno de yema:
- 12 yemas de huevo.
- 200 g de azúcar.
- Unas gotas de limón.
- 1 dl de agua.
- Para el baño.
- 1 kg de azúcar.
- 1 vaso de agua.
- 2 trozos de cáscara de limón.
- 200 g de azúcar.
- Unas gotas de limón.
- 1 dl de agua.
- Para el baño.
- 1 kg de azúcar.
- 1 vaso de agua.
- 2 trozos de cáscara de limón.
Realización
Cocer las patatas, machacar con el tenedor hasta convertirlas en pasta; mezclar con el azúcar, la almendra
y los huevos batidos. Amasar y colocar sobre un mármol espolvoreado de
azúcar lustre. Se extiende con el rodillo hasta que la pasta se quede
con un grosor de 1 o 2 cm.
Se corta en tiras de 6 cm de
ancho y se enrollan en unos moldes cilíndricos de aluminio y se dejan un
rato, para que se endurezcan.
El relleno se hace añadiendo las
yemas pasadas por un tamiz y muy poco a poco a un jarabe a punto de
hebra flojo que habremos hecho con el azúcar y el agua. Hay que darle
vueltas sin parar con una espátula o cuchara de madera y ponerlo a cocer
a fuego muy suave hasta que espese. Luego se deja enfriar.
Para el baño hay que hacer un
jarabe a punto de hebra flojo con el agua, el azúcar y la cáscara de
limón, se tarda unos 5 minutos, se aparta del fuego y se bate con un
tenedor hasta que se ponga blanco.
Sólo queda rellenar los canutillos, bañarlos con el jarabe blanco y dejarlos secar sobre una rejilla.
Los buñuelos son otro sencillo y delicioso postre típico que se consumen en determinadas fiestas, como el Día de Todos los Santos y en primavera, cuando comienza el buen tiempo.
Ingredientes para cuatro comensales
- Harina
- Agua tibia
- Levadura
- Sal
- Aceite de oliva
- Azúcar
Los buñuelos son otro sencillo y delicioso postre típico que se consumen en determinadas fiestas, como el Día de Todos los Santos y en primavera, cuando comienza el buen tiempo.
Ingredientes para cuatro comensales
- Harina
- Agua tibia
- Levadura
- Sal
- Aceite de oliva
- Azúcar
Modo de elaboración
Paso 1. Amasar y freír
En un bol con profundidad
suficiente y con un poco de agua tibia añadir la sal y un puñado de
levadura y una vez que está todo mezclado, se añade la harina y se
amasa. Cuando terminamos, sólo queda taparlo y dejarlo reposar entre 15 o
20 minutos para que suba. El truco está en que la masa quede más blanda
que dura.
En una sartén, previamente calentada y con abundante aceite, se irán echando con la mano haciendo un agujero en medio.
Los buñuelos deben quedar fritos y dorados por todos los lados.
Paso 2. Retirar y presentar
Se retiran de la sartén y se
escurren en papel absorbente, para retirar el exceso de aceite. Se
rebozan con azúcar y se sirven calientes.
Presentación en mesa y acompañamiento
Los buñuelos se sirven
calientes en una bandeja con azúcar espolvoreado por encima. Es
importante que no estén aceitosos, para ello se deben escurrir bien y
pasar por un papel absorbente. Para acompañar este postre nada mejor que
un buen chocolate caliente o una mistela o vino de pasas, el dulzor de
este licor combina deliciosamente con la masa del buñuelo.
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